La tierra se relaciona con dos aspectos en la Cultura Maya: el mundo terrenal y la fertilidad, representada como una madre. Los mayas no tenían un dios de la tierra, pero la tierra lo era todo. Por sus cultivos adoraban a Chac, el dios de la lluvia, pero sin duda era la tierra que ellos mismos elegían la que daba sus frutos. Los mayas se asentaron en la península de Yucatán en el año 2000 aC y gobernaron estas tierras hasta el año 1527 dC hasta la conquista de América. Adoraban estas tierras y sentían un profundo vínculo con la naturaleza y los animales que la rodeaban, a la que consideraban Tierra Sagrada. Un puente entre el ser humano y el medio ambiente, una tierra sagrada, única y elegida.